lunes, 4 de enero de 2010

EL COMIENZO DE UN SUEÑO


La victoria como la derrota siempre estarán de la mano. Pero si no fuera por esta última no tendría nuestro deporte esa mística y ese matiz único, que provoca en nosotros cada año asimilar la misma derrota, para después y teniendo la senda de la victoria en las manos, saber y tener aprecio por los campeones que hemos derrotado.


Por ello y gracias a ti, mi querida paloma mensajera, este año tendremos el gusto de distinguir aquellos hombres que han llevado una vida dedicada a cuidarte, entenderte y amarte.


Sabes que esto no es fácil, pero el simple gusto que nos permite reconocer tu fortaleza, inteligencia y audacia hace que se distingan a los aguerridos colombófilos, grandes campeones, pero sobre a los extraordinarios amigos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario